Después de una semana de retraso por fin consigo subir esta
entrada de la semana del 8 de Mayo. Y me pongo a redactar posiblemente la última
entrada de este curso escolar, pero espero que no vaya a ser la última para
siempre.
Esa semana fue bastante emocionante ya que el lunes fuimos a
realizar los cuentacuentos a un colegio de la población de Rocaford. Desde mi
punto de vista fue una experiencia muy gratificante para todos los miembros de
la clase, ya que muchos descubrieron aspectos de ellos mismos que hasta ese
momento no se habían dado cuenta.
La jornada empezó a las nueve de la mañana y finalizo alrededor
de la una del mediodía, creo si no me equivoco a que a todos mis compañeros se
les paso la mañana volando y no solo por representar los cuentos si no por ver
reflejado el trabajo de varias semanas.
El proceso de preparación de los cuentacuentos nos sirvió para
darnos cuenta que hasta el mínimo detalle a veces cuenta mucho. La clase se dividió
en grupos de como máximo 4 personas, y estos grupos estaban divididos en dos
grandes grupos uno enfocado a primaria y otro a infantil, ya que los cuentos se
tiene que adaptar al público al que se lo vamos a contar.
Lo más importante de toda la actividad desde mi punto de
vista fue esa preparación y fomento de nuestra creatividad para que todo el
cuanta cuentos fuera lo más original posible y sobre todo se adaptara a las
necesidades del público. Creo que hemos aprendido mucho con esta experiencia y
la puesta en marcha de un “proyecto”.
El resto de la semana lo dedicamos a empezar el proyecto
cultural que estamos creando en base a unos supuestos prácticos que en
ocasiones son reales. Creo que el trabajo y el tiempo que estamos dedicando a
realizar estos proyectos y actividades en el futuro nos servida para darnos
cuenta de que si nosotros queremos algo no tenemos que esperar a que nos lo
hagas, sino que nosotros mismos tenemos que tener la iniciativa para poner en
marcha nuestro proyectos más ambiciosos.